domingo, 17 de diciembre de 2017

La música da alas a la Victoria de Samotracia

Esta claro que lo inesperado, a menudo, hace que la vida ponga pinceladas de color en nuestro deambular diario.
Eso es lo que sentí yo ayer mismo cuando al pasar por la calle San Francisco, sin tenerlo previsto y  con varios miembros de mi familia, vi abierto el Museo de Reproducciones artísticas. Una "pincelada" de color musical, una sensación de paz y también de gusto al ver (y escuchar) que durante la "gau irekia" se celebraba un concierto en el interior del museo. En el mismo atrio en el que se encuentran las copias, casi perfectas, de Hermes y Dioniso, el Auriga, los dioses y gigantes del Altar de Zeus, que en lugar de pegarse bailaban pegados - como Sergio Dalma en su conocida canción- Todos parecían querer danzar al son de aquella bonita música. Todos, hasta el serio Moises de Miguel Angel, que desde su rincón escuchaba sin pestañear aquellas notas. Todos y todas, pero, sobre todo, quien más impresión me produjo fue la maravillosa Niké, la alada Victoria de Samotracia que, presidiendo el escenario, parecía que en cualquier momento iba a despegar siguiendo los acordes de esa música que envolvía a los presentes en ese templo del arte que, antaño, fuese de Dios.

Disfrutad de los momentos que el Arte (pintura, escultura, literatura o música) nos brinda a cada paso.



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