miércoles, 26 de septiembre de 2018


Cuando el arte quedó en segundo plano


Al siglo XX lo llaman el siglo de los -ismos debido a todas las vanguardias que surgieron. Hasta el pasado siglo, desde mi punto de vista, el epicentro de un artista era hacer y crear arte. Pero llegó el siglo XX revolucionando hasta la última piedra de la Catedral de Burgos.

El arte queda en un segundo plano, poniéndose el propio artista en primer plano. Ya no eran obras de arte firmadas por un artista, sino artistas firmados por sus obras de arte. El mayor exponente de esto fue La Fuente de Duchamp. Un urinario firmado por el artista. No soy nadie para decir que eso no es arte, en cambio, creo importante analizar hasta qué punto el urinario está creado con una función artística y no con una función polémica.

Dejando esto a un lado, volvería al siglo XX, y a la necesidad de romper todo lo creado hasta el momento. Nadie quiso mirar al pasado o hacer referencia al pasado. Sólo se quería mirar adelante, crear un nuevo mundo, un nuevo canon artístico. Fue muy difícil para los artistas de aquella época dejar atrás tantos años de análisis y empezar una nueva era en el arte. Pero no a todos les salió bien. A pesar de que los artistas estuvieran mentalmente preparados para dar este cambio tan drástico, la sociedad y el pueblo no lo estaban. Por lo que echaron abajo el trabajo de muchos artistas, tachándolos de proyectos no-artísticos.

Esta costumbre del no-arte ha perdurado hasta hoy en día, y el mayor ejemplo está en los propios museos. Es tan sencillo como ir al Museo Guggenheim para escuchar los típicos comentarios, que están ya muy quemados, “Eso lo puedo hacer yo”, “Eso hasta mi hijo de un año lo sabe hacer”. Aquí también el arte ha quedado en un segundo plano. La gente no quiere aceptar el cambio que se ha dado en el arte y han dejado al arte a un lado al descalificarlo totalmente.

A modo de conclusión, podríamos decir que hay que recuperar la corriente artística que a día de hoy nuestra sociedad está perdiendo. Apoyemos nuevos proyectos artísticos y no olvidemos el legado artístico que tenemos hoy en día, este será el único modo de avanzar.
Martín Pinillos Sáenz