viernes, 19 de febrero de 2021

 


Si algo me sorprende del Museo Guggenheim de Bilbao cada vez que lo visito son sus espacios interiores. Es una maravilla sentir el ESPACIO, con mayúsculas, que te rodea y del que te sientes parte. Impresiona la escala monumental, pero también la luminosidad. Te ves envuelto por volúmenes, tanto llenos como vacíos. Mirar a todos lados desde el atrio del museo es una sensación difícil de describir.
Todo el mundo conoce la monumentalidad transgresora del titanio y el cristal vistos desde el exterior, sus formas y su localización en el entorno, pero a esa visión le debe acompañar también el disfrute  de lo que es el edificio desde su interior.
Somos como hormiguitas recorriendo salas y espacios enormes, pero por eso mismo, y desde nuestra pequeñez, debemos admirar no sólo las obras expuestas, sino, a la vez, la arquitectura -sabiamente hecha escultura -que envuelve y protege las pinturas, esculturas, instalaciones, etc. motivo de nuestras visitas a tal templo del arte contemporáneo.

El pasado fin de semana tuve una nueva oportunidad de acudir al Guggenheim y no la desaproveché.
Mi objetivo, ver la exposición temporal de la obra de KANDINSKY. Tengo que deir que mereció la pena.
No sabía qué me iba a encontrar, y fue una sorpresa muy agradable comprobar la cantidad de obras presentadas, su calidad y, lo que más me gustó, que me dieron la oportunidad de comprobar la evolución artística del pintor a lo largo de su vida.
Conocía varios momentos asociados con su trayectoria y sabía de su avance desde sus creaciones más figurativas hacia la abstracción más geométrica (abstracción denominada LÍRICA). Sin embargo, desconocía la etapa en que se centró en representar una pintura mucho más orgánica y matérica.

Realmente me gustó la visita y, por supuesto, además de ver la obra del vanguardista ruso y otros ejemplos del Arte Contemporáneo más actual, dediqué unos momentos (como siempre que acudo al "Guggen") a disfrutar sintiéndome parte  de la obra guardada en el interior de ese monumento de piedra, cristal y titanio.