lunes, 15 de marzo de 2021

La envidia

He decidido trasladar el tema que he tratado en la entrada del blog de historia aquí. Pero, en lugar de comentar cada uno de los pecados, comentaré las obras que representan a estos.

Aquí está la envidia. Esta pintura, de la mano de Théodore Géricault, representa la envidia como una anciana de expresión lesiva. La protagonista se encuentra frente a un fondo completamente liso y sin vida, con un gesto tan venenosos como el propio pecado que representa. Dirige su mirada, con el ceño fruncido y los ojos empequeñecidos, fuera del espacio que abarca la pintura. Refleja en sus ojos, enrojecidos en la parte del lagrimal, el veneno empujado por el sentimiento de celos. Los colores que más abundan en la pintura son los marrones, del fondo que casi llega a camuflarse con la bata de la mujer que cubre el torso de la mujer, el rojo de la prenda interior y los distintos tonos de amarillo que colorean su rostro. Es una pintura en la que claramente el trazo se impone sobre el color y en el que se trata reflejar la naturalidad plena. Rostro repleto de arrugas, labios retorcidos en un gesto de odio, lo demacrado de su figura,...
 


Creo que la obra deja muy bien representado su objetivo. Creo que logra transmitir al público la sensación agria y venenosa de la anciana. 



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