Atenea Partenós

 ¿QUIÉN ES ATENEA?

En la mitología griega, Atenea es hija de Zeus, nació ya adulta de su frente, cuando Hefesto le abrió la cabeza con un hacha para curarle de unos dolores que le atormentaban.

Se la puede representar de muchas maneras, pues más de uno es el título que recibe, según el hecho, historia, contexto o civilización sobre la que sea descrita.

Puede ser la diosa de la inteligencia y la reflexion en una sola faceta, simbolizando la sabiduría; de la guerra, o patrona de los artesanos y labradores, representando así su carácter unitario entre civilizaciones, pues entre muchas otras cosas, la capital griega está inspirada su nombre: Atenas, dado que ella salió victoriosa de la disputa que tuvo con Poseidón, su tío, rey de los mares, por el favor de sus gentes.

Entre los dioses del panteón griego, la posición ocupada por la misma es primordial, principal, por no mencionar que ella, es uno de los doce dioses olímpicos.

LA ESTATUA DE ATENEA PARTENÓS

Esta estatua, mandada construir por Fidias (escultor griego ateniense), se encuentra en el interior del partenón de la Acrópolis de Atenas. Etimológicamente, Partenós o Parthenos significa virgen, por lo que el nombre de la estatua podría ser traducido como Atenea Virgen.

Es una estatua de bulto redondo de doce metros apoyada sobre un pedestal de 1'50 metros de alto, es crisoelefantina, que en otras palabras, quiere decir que esta hecha de oro y marfil, En este caso, la representaron como una guerrera, y además gran parte de la estatua, tanto su indumentaría: toga, casco y dos brazaletes, como su armamento de preferencia: lanza y escudo, estarían recubiertos por el metal aureo.

Atenea se encuentra de pie apoyando el peso del cuerpo en la pierna derecha, siendo la pierna izquierda ligeramente flexionada hacia delante.

Pese a que apenas posee un ápice de expresividad se puede observar que tiene apoyada la mano izquierda en un escudo, del cual, salen cabezas entrecruzadas de serpiente, probablemente una alegoría a Medusa o las gorgonas, quienes petrificaban a los hombres y mujeres que les mirasen fijamente a los ojos; su lanza yace apoyada en su hombro derecho. En su mano izquierda, recogida por la diosa con el brazo flexionado hacia delante se encontraría una Niké alada, seguramente aconsejando a la diosa.

Álvaro Uriarte